Windows 11, al igual que Windows 10, macOS y cualquier otra distribución Linux, necesitan realizar una serie de procesos para poner en marcha el sistema operativo. Algunos de estos procesos, pueden alargar considerablemente el tiempo de inicio de un equipo y son perfectamente prescindibles. En el caso que nos toca, os vamos a mostrar cómo podemos reducir el tiempo de carga de Windows 11 para que se inicie lo más rápido posible.
Para reducir el tiempo de carga de Windows 11, es recomendable realizar es proceso una vez hemos instalado el sistema operativo de cero, aunque también podemos utilizarlo en equipos que llevan un tiempo funcionando y su rendimiento ha caído en picado.
Por qué Windows 11 tarda tanto en arrancar
Lamentablemente, no existe un único motivo por el que Windows 11 no arranca tan rápido como quisiéramos. Ojalá siempre existiera un único motivo para todos los problemas con los que nos podremos enfrentar en el día a día utilizando cualquier sistema operativo, ya sea de escritorio o para dispositivos móviles.
Entre los motivos que pueden prolongar el inicio de Windows, nos encontramos con que no dispongamos de un SSD, que muchas aplicaciones se inicien automáticamente al arrancar Windows, no disponer de espacio libre en la unidad de almacenamiento, las prestaciones de nuestro equipo entre otras muchas.
A continuación, os mostramos cuáles son los principales motivos por los que nuestro equipo puede tardar más de la cuenta en iniciar y cómo podemos solucionarlo.
Cómo mejorar el rendimiento de Windows 11 al iniciar
Para mejorar el rendimiento de Windows 11 al arrancar y de paso reducir el tiempo necesario hasta que está completamente operativo, debemos realizar los pasos que os mostramos a continuación.
Reemplazar el disco duro por un SSD
Los discos duros tradicionales, HDD, también denominados mecánicos, utilizan un disco físico leído por un cabezal (aguja) que se encarga de leer y escribir los datos en el equipo. Al ser un sistema mecánico, el rendimiento tanto a la hora leer como de escribir es mucho más lento que las unidades SSD, que almacenan toda la información de forma digital. Si la unidad principal de nuestro equipo está gestionada por un HDD, el tiempo de inicio de Windows puede alargarse durante varios minutos, mientras que, si lo reemplazamos por un SSD, el tiempo se reducirá a unos pocos segundos, dependiendo del tipo de SSD que utilicemos. Si no queremos cambiar el HDD por un SSD, es recomendable desfragmentar periódicamente el disco duro para que todos los archivos se reorganicen y estén accesibles los unos más cerca de los otros para así reducir el tiempo de de los datos.
De momento, Windows no exige que los equipos gestionados por Windows 11 utilicen un SSD, sin embargo, todo apunta a que, en próximas actualizaciones del sistema, este será un requisito. Los portátiles más económicos o de gama de entrada, sigue incluyendo este tipo de discos duros, ya que son mucho más baratos que los SSD. Sin embargo, el precio de este tipo de unidades ha bajado considerablemente y en la actualidad, podemos invertir poco más de 30 euros para disfrutar de un SSD con al menos 256 GB de almacenamiento.
Limitar las aplicaciones que se inician con el sistema
Muchas aplicaciones tienen la manía de añadirse aplicaciones al inicio de Windows para así reducir el tiempo de carga necesario de la aplicación o bien para que la aplicación esté disponible nada más iniciar el equipo. Lo que en teoría puede ser una buena idea, al final no lo es. Y digo que no lo es porque al final, conforme vamos añadiendo aplicaciones al inicio de Windows, se prolonga el tiempo necesario para que, una vez pulsemos el botón de inicio, el equipo esté listo para trabajar.
La solución a este problema pasa por acceder eliminar todas aquellas aplicaciones que se han colado en el inicio del equipo y que no son necesarias para el funcionamiento inicial del sistema. Para deshacernos de estas aplicaciones, accedemos al de tareas con la combinación de teclas Ctrl + Mayús + Esc y, seguidamente, pulsamos en la pestaña Inicio.
Restablecer Windows
La última opción que nos quedaría, antes de reinstalar de cero Windows, sería restablecer el equipo conservando únicamente los archivos personales que queremos mantener. Esta opción se encuentra disponible dentro de las opciones de configuración de Windows (Win + i), dentro de Recuperación > Restablecer este equipo.