Cuando nuestro equipo con Windows comienza a presentar problemas de funcionamiento, tarda mucho en iniciarse, se cuelga habitualmente, consume muchos recursos, nos estamos quedando sin espacio entre otros, ha llegado el momento de reinstalarlo. Tanto Windows 10 como Windows 11 pone a nuestra disposición diferentes métodos para reinstalar el sistema operativo de Microsoft de cero.
Cada uno de estos métodos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, ventajas e inconvenientes que os mostramos a continuación. Pero, antes de nada, aunque algunas de las opciones que nos permite reinstalar Windows afirman que nos permiten convertir, nunca está de más hacer una copia de seguridad para evitar perder los datos, no porque Windows los pueda borrar, por ejemplo, algo muy poco probable, sino que por si durante el proceso, la unidad de almacenamiento deja de funcionar, la fuente de alimentación del equipo se estropee, nos quedamos sin luz o por cualquier otra causa que afecte a la unidad de almacenamiento, ya sea un disco duro o un SSD.
Restaurar Windows con la herramienta de recuperación
Si no queremos ir lidiando con memorias USB de arranque, creando medios de instalación y, si nuestra conexión a internet es de fibra, la solución más sencilla y rápida pasa por utilizar la función disponible en Windows 10 y Windows 11 que nos permite restaurar el equipo a su estado original descargando los archivos desde la nube.
Requisitos necesarios
Microsoft lanzó esta funcionalidad en el año 2020, con el lanzamiento de la versión 2004 de Windows 10, por lo que, para poder utilizar esta función, es necesario que nuestro equipo con Windows 10 esté actualizado como mínimo a esa versión. Windows 11 se lanzó en 2021, por lo que la función que nos permite restaurar el equipo desde la nube está incluida desde la primera versión.
Ni que decir que también es necesario disponer de una licencia válida para poder realizar el proceso ya que es lo primero que los servidores de Microsoft comprobarán, antes de nada.
También debemos tener en cuenta que, al realizar este proceso, nuestro equipo se actualizará a la última versión disponible en ese momento de Windows, ya sea Windows 10 o Windows 11, por lo que, si queremos mantenernos en una versión anterior, este no es el método que debemos seguir.
Pasos a seguir
Una vez nos hemos asegurado de que cumplimos con los requisitos que hemos mostrado en el apartado anterior, llega el momento de realizar el proceso, no sin antes haber realizado una copia de seguridad de todos los datos que no nos gustaría perder en el proceso, aunque no es necesario ya que estos se conservarán, sin embargo, si el proceso falla por cualquier motivo, sí que los vamos a perder.
Para iniciar el proceso, debemos acceder a las opciones de configuración de Windows, a través del atajo de teclado Win + i o desde el menú de inicio pulsando sobre la rueda dentada. A continuación, y pulsamos en la sección Actualización y seguridad.
Dentro de este apartado, en la columna de la izquierda, pulsamos en Recuperación.
La primera de las opciones que tenemos a nuestra disposición para reinstalar Windows, tanto Windows 10 como Windows 11, pasa por utilizar la función Restablecer este PC, una función que se encuentra disponible dentro del menú de configuración de Windows (Win + i), dentro del apartado Actualización y seguridad, en el apartado Recuperación. Esta función es ideal para cuando el equipo no funciona correctamente o lo hace de forma errática. Para utilizar la función de recuperación de Windows y restablecer el PC, dentro del menú Recuperación, pulsamos en Comenzar.
Seguidamente, nos mostrara como queremos proceder. Lo primero nos preguntará si queremos conservar los archivos que tenemos en el equipo o si queremos que todo el contenido que ese momento tenga almacenado el PC se elimine durante el proceso.
- Mantener mis archivos. Está opción conservar los archivos personales que se encuentren almacenados en las carpetas que crea Windows al instalarse, junto con todo el contenido almacenado en la carpeta Descargas y el escritorio.
- Quitar todo. Esta opción, además de eliminar la configuración y todas las aplicaciones que tenemos instaladas en el equipo, también elimina todos los archivos que tuviéramos almacenados en su interior. Si inicialmente utilizamos la primera opción (conservando los archivos) pero el equipo sigue funcionando de forma errática, debemos elegir esta opción antes de realizar otro de los métodos disponibles para reinstalar Windows.
A continuación, podremos ver un resumen de las opciones que hemos elegido. Además, vamos a poder personalizar algunas de las opciones como la posibilidad de limpiar la unidad (además de borrar los datos, para complicar su recuperación), y confirmar la descarga de Windows de Internet.


Si todo está correcto, hacemos clic sobre «Siguiente» y esperaremos a que Windows lleve a cabo todos los preparativos. Cuando acabe, podremos ver un último resumen detallado con todo lo que se va a hacer en el PC.
¿Cuál es mejor opción?
Independientemente de que método utilicemos para restaurar Windows, al final el resultado es el mismo, y nos vamos a encontrar con una copia limpia de Windows sin ninguna de las aplicaciones que tuviéramos instaladas antes de realizar el proceso, por lo que, si el motivo que nos ha llevado a realizar el proceso se debía a problemas de rendimiento o funcionamiento, este ya debería estar solucionado.
Si el equipo que queremos restaurar no tiene conexión a internet, podemos utilizar la función de restablecer Windows, ya que no es necesario descargar ningún archivo de internet para poder realizar el proceso. Además, si el equipo se encuentra actualizado a la última versión disponible, la restauración del sistema incluirá todas las actualizaciones disponibles en el equipo en el momento de realizar el proceso. Si el motivo que nos ha obligado a restaurar el equipo se debe a una infección por virus, malware y demás, esta no es la mejor opción ya que vamos a seguir arrastrando el problema.
Restablecer el sistema desde la nube, ya sea a través de la herramienta de recuperación, o desde Windows Update, es la mejor opción, siempre y cuando sea posible. De esta forma, lo que conseguimos no solo es dejar Windows como recién salido de fábrica, sino también aprovecharemos para bajar la última versión, y los últimos parches, para dejar el PC al día. De esta forma podremos solucionar muchos más problemas y evitaremos, por ejemplo, que un virus que se haya escondido en el sistema siga haciéndonos la vida imposible.
Pero si, queremos aprovechar de paso para crear particiones en el equipo y utilizar una segunda partición para almacenar los datos de forma independiente al sistema operativo, la mejor opción es reinstalar de forma local descargando un medio de instalación y, durante el proceso, eliminar todas las particiones del equipo, y crearlas las que vayamos a necesitar.
Si no queremos complicarnos la vida y tenemos una buena conexión a internet, realizar el proceso desde la nube es el método recomendado, siempre y cuando, el motivo que nos lleve a realizar este proceso no esté relacionado con un virus, ya que el problema se mantendrá en el equipo hasta que formateemos la unidad.
No te olvides: una copia de seguridad
A la hora de hacer una copia de seguridad de todos los datos que tenemos almacenados en nuestro equipo, tenemos diferentes opciones. La opción más rápida es utilizar un disco duro externo que conectaremos a nuestro equipo para hacer la correspondiente copia de seguridad. También podemos utilizar otro disco duro que tengamos en nuestro PC, siempre y cuando no se trate de una partición del disco duro principal ya que, si este deja de funcionar, no solo hará únicamente la partición del sistema operativo, lo hará todo el disco duro, incluyendo todas las particiones.
Si no tenemos ningún disco duro externo en casa, otra solución para hacer una copia de seguridad que tenemos a nuestra disposición pasa por utilizar una plataforma de almacenamiento en la nube. Una de las mejores opciones disponibles actualmente en el mercado la encontramos en TeraBox, una plataforma de almacenamiento que pone a nuestra disposición 1 TB de espacio de forma totalmente gratuita, aunque la velocidad de transferencia de datos no es la misma que podemos encontrar en otras plataformas como OneDrive, Google Drive o Dropbox sin ir más lejos.
Además, esta versión tiene una limitación máxima de almacenamiento de 500 archivos y estos no deben superar los 4 GB. Otra opción, aunque con tan solo 20 GB de almacenamiento, pero con una transferencia mayor de datos y sin limitación en cuanto a tamaño y número de archivos la encontramos en Mega. Tanto TeraBox como Mega disponen de una aplicación para Windows con la que podemos sincronizar todos los datos con la plataforma.