Los navegadores de internet son un tipo de software que actualmente utilizamos de manera casi constante. Tanto en los equipos de sobremesa como en los dispositivos móviles, estos programas nos sirven para movernos por la red de la mejor manera. Aquí podemos echar mano de soluciones tan potentes y conocidas como Firefox, Chrome o Edge. Además, debemos conocer sus funciones y elementos como las pestañas, extensiones, la caché, etc.
Como seguramente ya sabréis de primera mano, los desarrolladores de estas soluciones software ponen un especial cuidado en sus proyectos. La principal razón de todo ello es evidente, y es que son cientos de millones los s que tienen por todo el mundo. Por tanto, ponen a nuestra disposición todas las funciones necesarias para navegar de la mejor manera, y además sus actualizaciones son constantes.
Estas se encargan de corregir los errores que se van detectando a medida que pasa el tiempo. De igual modo, esta es la manera con la que nos llegan las más recientes funciones probadas y lanzadas, además de mejorar las ya existentes. Pero a pesar de todo ello, también es cierto que, para sacar el máximo rendimiento a estos programas, la experiencia también es clave. Con esto es lo que os queremos decir es que a medida que los usamos, aprendemos a navegar de un modo más fluido y efectivo gracias a ciertas funciones un tanto más ocultas.
Sirva como ejemplo lo que precisamente vamos a ver en estas líneas. En concreto, vamos a hablaros de cómo hacer uso del denominado como refresco forzado o hard refresh en los navegadores web más importantes que hay ahora mismo.
Qué es el refresco forzado o hard refresh en los navegadores
Algo que posiblemente más de uno hayáis experimentado al utilizar estos programas de los que os hablamos, es que a veces un sitio web no se comporta como se espera. Esto se puede traducir en múltiples comportamientos un tanto extraños, como la falta de ciertos contenidos, la aparición de información obsoleta, o incluso el bloqueo total del sitio web. Con el fin de solucionar estos problemas, lo que solemos hacer es recargar la página de manera convencional.
Eso es algo que la gran mayoría de nosotros sabemos hacer, incluso hemos tenido que hacer en multitud de ocasiones. A la hora de refrescar una determinada página web, basta con pulsar la tecla F5. De igual modo, los navegadores también nos presentan un botón de directo a esta funcionalidad que se suele situar junto a la barra de direcciones del programa.
En ese momento podremos ver un menú contextual que nos permite vaciar la caché y forzar la recarga de la web, o tan solo forzar la carga de nuevo. Este es el mejor método para cuando queremos eliminar la caché de una determinada página web que sabemos que se ha actualizado, pero que el navegador se empeña en mostrar la versión que tenemos almacenada en la caché sin consultar si realmente se ha realizado algún cambio, por pequeño que sea.
Elementos externos que afectan a la carga de webs
En estas líneas hemos mostrado diferentes métodos para limpiar la memoria caché y así lograr que no se produzcan errores en la carga de las diferentes páginas web en el navegador. Sin duda, esto se puede convertir en un ser inconveniente si se produce de manera habitual mientras nos movemos por Internet. De hecho, en la mayoría de las ocasiones es recomendable llevar a cabo un mantenimiento periódico de estos programas, por ejemplo, eliminando los datos almacenados, al menos una parte.
Al margen de la mencionada memoria caché, también podemos deshacernos de las cookies que en ocasiones perjudican gravemente el funcionamiento del navegador. Pero hay otros elementos que pueden afectar de manera directa a esta carga de webs que los convencionalismos en estas líneas. Por ejemplo, siempre que sea posible, es recomendable conectar nuestro equipo al router mediante un cable Ethernet en lugar de utilizar la conexión inalámbrica Wi-Fi.
También se puede dar la circunstancia de que otros programas en ejecución en el ordenador estén haciendo un uso intensivo de la conexión. Esto se hace especialmente patente en los clientes de redes P2P para descargar archivos Torrent. Todo ello puede afectar a la carga de webs, incluso bloquear las mismas. De ahí que llegados a este punto, si tenemos este tipo de problemas, lo mejor que podemos hacer es cerrar el resto de programas que no estemos utilizando.
Asimismo, se puede dar la circunstancia de que no tengamos culpa alguna y el problema venga de nuestro proveedor de Internet que por lo que sea está teniendo fallos a nivel de servidores. En este caso lo único que nos queda es esperar un tiempo o ponernos en o vía telefónica con ellos para que intente resolvernos el problema de la conexión.