Jugar en PC nos ofrece la mejor calidad y el mejor rendimiento. Pero requiere invertir cierto tiempo a la hora de poner en marcha el juego. A diferencia de las consolas, cuando vamos a jugar en Windows debemos entrar en los ajustes gráficos del juego para elegir la calidad que queremos que tenga nuestro juego, y ajustar el rendimiento en función si queremos más FPS y menos calidad, o calidad máxima y menos FPS. Sin embargo, si alguna vez hemos entrado en las opciones de un juego, habremos visto una gran cantidad de parámetros diferentes. ¿Qué significan cada uno de ellos? Y ¿cómo afectan a la calidad o al rendimiento del juego?
Aunque la mayoría de los juegos de PC suelen llevar varias configuraciones de calidad predeterminadas (baja, media, alta, ultra) para los que no quieran complicarse, si somos de los que queremos aprovechar hasta el último FPS y eliminar hasta el último diente de sierra, seguro que somos de los que personalizamos los ajustes de los juegos a mano. Y los diferentes ajustes que podemos configurar pueden tener nombres un poco raros, por lo que, en ocasiones, puede resultar complicado comprender qué hace cada uno.
Evidentemente, como os podréis imaginar esto es algo que podemos lograr pero para ello necesitamos cumplir ciertos requisitos. A medida que deseemos aumentar la calidad y resolución de los juegos de los que vamos a disfrutar utilizando las más recientes tecnologías gráficas, necesitamos un equipo lo más potente posible. Esto es algo que por regla general se hará extensible a todos los componentes que formen parte del mismo. Aquí podemos hacer un especial hincapié en la gráfica o GPU que deberíamos tener instalada en el PC.
Este es un componente básico si deseamos sacar el máximo rendimiento a los títulos de nuestros videojuegos más modernos. Y a todo ello además le debemos sumar que este no es precisamente un componente barato, más si nos decantamos por modelos de alta gama. Por tanto, para lograr lo que buscamos aquí en multitud de ocasiones vamos a tener que hacer un desembolso económico importante y así obtener los resultados que buscamos.
Calidad vs FPS
Si no sabemos o no queremos complicarnos la vida con el gran número de ajustes de personalización de los gráficos que los diferentes juegos ponen a nuestra disposición, podemos utilizar la aplicación de la tarjeta gráfica. La aplicación de Nvidia, GeForce Experience, analiza nuestro equipo en busca de juegos y, en base a las especificaciones de nuestro equipo y de la gráfica que tenga instalada nuestro equipo, nos ofrece la mejor configuración posible priorizando la calidad gráfica.
Pero, si lo que queremos es disfrutar del mayor número de FPS posible, siempre y cuando tengamos un monitor con una tasa de frecuencia de 144 FPS o superior, debemos hacer todo lo contrario, es decir, reducir la calidad gráfica al mínimo para que el juego pueda ofrecer el mayor número de fotogramas por segundo posible. Estos cambios podemos hacerlos directamente desde la aplicación GeForce Experience sin necesidad de acceder a los ajustes del juego, lo que facilita enormemente.
Sin embargo, además de la aplicación de la gráfica, debemos apoyarnos también en las opciones de configuración de juego, especialmente cuando queremos centrarnos en un número específico de fotogramas por segundo ya que las opciones de personalización de Nvidia no satisfacen nuestras necesidades. Lo que si nos permite es priorizar el rendimiento del juego en lugar de calidad o viceversa.
Recientemente, AMD ha anunciado el lanzamiento de una nueva versión de su tecnología: FSR 3. Esta nueva versión marca un antes y un después en cuanto a calidad y rendimiento cuando tengamos este tipo de renderizado basado en IA disponible. Los pocos juegos que hemos visto que han utilizado esta versión han sido capaces de duplicar, e incluso triplicar, el rendimiento en 4K sin que se note apenas pérdida en la calidad de la imagen.
Entre otras mejoras que introduce FSR 3 podemos destacar, además de la mejora de calidad, la compatibilidad con VRR (tasa de refresco variable). Esta tecnología es de código abierto, y será compatible tanto con PC (en gráficas AMD) como en consolas Xbox Series S y Series X. PS5 se queda sin FSR3 por usar una versión modificada, y obsoleta, de RDNA.
HDR Automático: de Xbox a Windows 11
Las nuevas consolas de Xbox, es decir, la Series S y la Series X, cuentan con una tecnología que permite mejorar la calidad de la imagen activando automáticamente, cuando tengamos una pantalla compatible, el HDR. Al hacerlo, los detalles de las áreas más claras u oscuras de la pantalla pasan a destacar más al tener una gama de colores más grande. Windows también permite activar el HDR cuando usamos una pantalla compatible, aunque manualmente. Pero, con Windows 11, esta misma funcionalidad de la Xbox pasa a estar disponible en PC gracias a DirectX 11 y DX12.
Para activarlo, si tenemos una pantalla HDR compatible, lo que tenemos que hacer es abrir el menú de Configuración (Win + I), e ir al apartado Sistema > Monitor. Seleccionamos la pantalla, o pantallas, que usamos para jugar, y activaremos el HDR en ellas. Una vez activado el HDR, comprobaremos que la opción «HDR automático» está habilitada en este mismo apartado. Ya podemos cerrar la configuración y empezar a disfrutar de esta nueva función de Windows.
Otra forma de activar esta función es desde la Barra de Juego. Lanzamos la barra con Win + G, y nos vamos al apartado de Configuración > Características del juego. Aquí debemos activar dos opciones:
- Usar HDR con pantallas compatibles.
- Utilizar HDR con juegos compatibles.
Listo. Ya podemos cerrar este y empezar a jugar.
Desactivar el granulado de película
Aunque esta función no afecta directamente al rendimiento de los juegos, sí que afecta a la calidad de los mismos., Y es que hay muchos desarrolladores que optan por incluir un efecto de granulado para que la imagen se parezca más a una película proyectada en un cine.
Por lo general, siempre suele haber una opción que nos permite desactivar este efecto. Y, si lo tenemos, deberíamos quitarlo, ya que veremos cómo la imagen gana mucha más nitidez y mejora enormemente nuestra experiencia de juego, sobre todo en los modos de más alta calidad y resolución.
Si jugamos en una resolución baja, o en calidad media o baja, este efecto puede ayudar a disimular las imperfecciones de los gráficos.
Otros aspectos gráficos a tener en cuenta
Con el paso del tiempo y debido a la gran calidad que ofrecen los juegos de PC hoy en día, cada vez hay que tener en cuenta más aspectos en la personalización de los gráficos. Además de priorizar calidad o FPS, antialiasing o los filtros de texturas. Hay otra gran variedad de parámetros que pueden pasar desapercibidos, pero tienen mucha importancia e impacto tanto en la calidad visual como en el rendimiento.
Las sombras o “shadows” como muchas veces aparecen en los ajustes de los juegos, es uno de los elementos más importantes para darle profundidad y realismo al juego, pero también es uno de los recursos que más consume. Modificar este parámetro hará que los personajes puedan tener sombras hiperrealistas o ser simples siluetas pixeladas o incluso estar desactivadas.
Las texturas también determinan el nivel de detalle de las superficies en el juego, como el suelo, las paredes o la ropa de los personajes. Dependiendo el juego, pero prácticamente en todos modernos, podremos modificar este parámetro. En gráficas con más tiempo, usar texturas de gran calidad puede llegar a ser inviable, además de que el sistema tendrá que recurrir a la RAM del PC, que es más lenta.
Si hablamos de GPUs, con 8GB o más, es probable que puedas usar texturas ultra sin problema. Este es un ajuste que depende mucho también de los gustos personales de cada , ya que hay que jugar con la balanza entre calidad y rendimiento. Otro elemento a tener en cuenta son los reflejos, ya que muchas superficies pueden reflejar todo alrededor del personaje. Obviamente esto aporta un realismo más extremo, pero puede ser innecesario para muchos s sin con ello ganan en rendimiento. Desactivar o simplificar las reflexiones es una opción para ganar FPS, sobre todo si el juego no depende tanto de estos efectos para su experiencia visual, como en shooters competitivos frente a títulos como Cyberpunk 2077.