Apagar el ordenador es una de las tareas que todos sabemos hacer. Basta con ir al menú inicio de Windows, abrir el apartado de energía y seleccionar la opción de apagar el PC. Windows se encarga de cerrar todos los procesos y servicios abiertos, y tras unos segundos finalmente desconecta el equipo por completo. Esto no es ningún misterio para nadie, pero ¿y si te dijéramos que, si lo haces así, estás apagando mal tu ordenador?
Una de las novedades que llegaron con Windows 10 fue el inicio rápido. Esta nueva función permite a los s encender su ordenador mucho más rápido, en cuestión de segundos, gracias a no tener que cargar todos los procesos y componentes del sistema. Cuando apagamos el ordenador, con el Inicio Rápido habilitado (que viene por defecto), lo que hace el sistema es cerrar los procesos y programas abiertos, pero, en lugar de descartar toda la RAM, vuelca una copia del núcleo de Windows en el disco duro. De esta forma, cuando encendemos el ordenador, en vez de tener que cargarlo todo de cero, carga este volcado en la RAM de nuevo para que el arranque sea casi instantáneo.
Esta función nos permite pasar menos tiempo esperando a que encienda el PC, y en un principio puede estar bien y ser todo ventajas. Sin embargo, se trata de una función muy problemática, y es que, con el paso del tiempo, es una de las causas por las que más puede fallar nuestro ordenador.
Tras guardar los cambios, ya podremos apagar nuestro PC con normalidad y con la seguridad de que, cuando volvamos a encender el ordenador, este iniciará desde cero, tardando algo más pero evitando todo tipo de errores y problemas.