Nadie quiere estar enfermo, pero en el caso de que nos encontremos ante esa desagradable situación relacionada con la salud, esto puede afectar de forma directa a nuestro trabajo. De hecho hay muchos trabajadores en estos instantes que están de baja de manera temporal o permanente, por diferentes patologías que sufren.
Como se suele decir, antes que el dinero está la salud, de ahí las precauciones que debemos tomar en nuestro día a día para cuidarnos al máximo. Pero también es cierto que en ocasiones contraemos determinadas enfermedades que están fuera de nuestro control, y tengamos un empleo en ese instante, o no. Como quizá algunos de vosotros ya hayáis experimentado, determinadas patologías pueden hacer que no podamos desempeñar correctamente nuestro trabajo.
Y ahí es precisamente donde entran en juego las denominadas bajas permanentes por incapacidad a las que nos podemos acoger en determinadas circunstancias. En la mayoría de las ocasiones es preferible tener salud y seguir con nuestro trabajo, pero desafortunadamente, se puede dar el caso que os comentamos. De ahí la importancia de conocer algunas de las enfermedades más habituales, al menos en nuestro país, que nos permitirían acogernos a esa baja permanente y por la que cobraríamos el 100% de nuestro sueldo.
Aunque no es la situación ideal para muchos ciudadanos, en determinadas ocasiones algunos se ven en la obligación de acogerse a esta medida. Lo cierto es que en estos momentos no existe una lista oficial de enfermedades que causan dicha incapacidad permanente en cualquiera de sus grados. Lo que sí podemos encontrar son una serie de patologías que comúnmente son reconocidas por vía istrativa y judicial, como enfermedades que pueden dar origen a una incapacidad laboral.
Enfermedades habituales de incapacidad permanente
De este modo y dependiendo del grado de esta, en ocasiones el empleado podría recibir el 100% de su sueldo sin tener que acudir al puesto de trabajo. No obstante, la incapacidad no se reconoce por la enfermedad en sí misma, sino más bien por cómo esa patología limita a un trabajador, y por el grado alcanzado en cada caso.
Es importante saber que una misma enfermedad puede ser incapacitante para una persona, pero no para otra. Veamos algunas de las más comunes por las que podríamos cobrar el total de nuestro sueldo, sin trabajar.
- Alcoholismo.
- Alzheimer.
- Aneurisma.
- Artrosis reumatoide.
- Cáncer.
- Cardiopatías
- Colitis ulcerosa.
- Demencia.
- Depresión.
- Enfermedad de Behcet.
- Enfermedad de Crohn.
- Epilepsia.
- Esquizofrenia.
- Glaucoma.
- Hernia Cervical.
- Hipertensión pulmonar.
- Ictus.
- Lupus.
- Neuropatía.
- Pancreatitis.
- Parkinson.
- Sarcoidosis.
- Trastorno bipolar.
Una vez conocemos este listado que contiene las enfermedades más habituales por las que nos podemos coger una baja en el trabajo, a partir de ahí entran en juego otros muchos factores. Dependiendo de su grado, intensidad, edad del paciente, o tipo de trabajo, entre otras cosas, se establecerá un tiempo que estaremos de baja, u otro. Todo ello lo tendrá que dictaminar un tribunal médico, aunque tal y como os contamos antes, en ocasiones podremos percibir el 100% de nuestro sueldo en ese momento, para siempre.
Eso sí, debemos tener en consideración que esta situación se da en casos extremos, y bajo ningún concepto os recomendamos buscarla.