Cualquiera que me conozca sabrá que me gustan dos cosas. La primera de ellas es escuchar todo tipo de metal en Spotify mientras trabajo, y la segunda es escuchar pódcast mientras salgo de paseo con el perro, hago las labores de casa, cocino, o simplemente voy andando por la calle. No es que sea una de esas personas que se criaron con programas de radio y encuentran en este contenido un anhelo del pasado, más bien al contrario. Soy tan simple que solo escucho pódcasts de videojuegos, humor y entrevistas. Pero, por eso mismo, quiero lanzar esta crítica.
No puedo negar que, cuantas más plataformas para escuchar contenido, mejor. El problema viene cuando estas plataformas se empiezan a convertir en una especie de Netflix, o Disney+, donde te piden pagar una cuota para acceder a sus contenidos, algo que, hace unos años, hubiera sido impensable.
Spotify, Ivoox, Podimo y Podium están matando al pódcast
El pódcast viene como parte de una herencia de la radio. Es decir, tú puedes sintonizar la emisora que quieras (en este caso sería el archivo XML), y escuchar todo el contenido según gustes. Es cierto que luego hay más diferencias (por ejemplo, el al contenido bajo demanda), pero en la radio nadie pedía el pago de una suscripción extra para poder descodificar la señal.
Lo mismo ocurría, hasta que llegaron estas plataformas, en el mundo del pódcast. Tú puedes coger el XML de cualquier emisión y añadirlo a tu agregador favorito (AntennaPod ahora mismo) para escuchar el contenido bajo demanda. Sin embargo, desde hace unos años, unas plataformas están buscando acabar con la libertad del pódcast. La primera de ellas fue iVoox. Es cierto que esta plataforma hace mucho por los pódcasts y da visibilidad a muchos contenidos. Tiene anuncios, algo que tampoco me molesta (siempre que el dinero vaya para los creadores del contenido). Pero el problema llega cuando compra, literalmente, a ciertos podcasters para que solo puedan emitir en su plataforma. Y es mucho peor cuando solo pueden escucharlos si pagas.
Spotify ha intentado hacer algo similar, aunque no le ha salido bien. El gigante de la música ha intentado apostar por contenido de pódcast propio y, además de pagar a determinados creadores de contenido para que emitan, principalmente, en su plataforma (algo que me parece bien, siempre que faciliten en XML o tengan libertad para subirse a otras plataformas), también quiso comprar a creadores para crear contenido exclusivo. Eso sí, el contenido por el que apostó, woke y de bajísima calidad, ha dado vergüenza ajena. Y eso ha obligado a la plataforma a replantearse su futuro.
¿Que lo tengo en YouTube si lo quiero ver? Claro, pero yo no quiero ver a este tipo (y menos después de esta puñalada a todos los consumidores de pódcast), yo lo que quería era escucharlo. Y, desde hoy, ya no lo volveré a hacer. El que quiera, que sume otros 50 euros al año a las cuotas de Netflix, Disney, Amazon, HBO, Spotify y demás plataformas que, poco a poco, van haciendo agujero en el bolsillo. Yo, por mi parte, seguiré escuchando todo ese contenido, como llevo haciendo ya varios años, pero sin pagar ni un solo euro.