Para mantener nuestro ordenador con Windows siempre seguros y protegidos es importante contar con un buen sistema de seguridad en forma de antivirus. Si usamos una herramienta adecuada nos ayudará en gran medida a su control ya sea mediante el uso de sistema de escaneos en línea como realizando revisiones periódicas por nosotros mismos. Sin embargo, puede que haya ocasiones donde no sea suficiente con tener un buen antivirus para poder frenar al malware o software malicioso. Por ello, os vamos a dar una serie de conejos para que podamos estar protegidos.
Los virus informáticos son probablemente el tipo de softwares peligrosos más conocido, llamado así porque se propagan haciendo copias de sí mismos. Para evitar su infección, siempre hay que partir de la base de la importancia de tener instalado un antivirus en nuestro ordenador. Con él es posible solucionar gran parte de los problemas de malware. Posteriormente, entran en juego otros factores que debemos de tener en cuenta y que son igualmente necesarias.
Descargar programas de sitios seguros
A la hora de sacar el máximo provecho al ordenador es importante contar con programas adecuados a nuestras necesidades. Para ello, lo más habitual es descargarlos directamente desde Internet. Sin embargo, hay que andarse con ojo, para que la descarga la realicemos siempre de sitios oficiales o webs de descargas que sean seguras. Si no descargamos el software correctamente y lo hacemos desde alguna web fraudulenta es posible que el archivo de instalación haya sido modificado para incluir cualquier tipo de software malicioso que termine afectando a nuestro sistema. Por lo tanto, siempre que necesitemos descargar cualquier programa debemos de requerir a la página del desarrollador o webs fiables como MajorGeeks o Softpedia, por ejemplo.
Asegura la red con una VPN y contraseñas fuertes para evitar el malware
Tener una red segura es fundamental, especialmente cuando se trata de proteger nuestra información privada. Es por ello, siempre es recomendable el uso de una VPN (una especie de red privada virtual) que cuente con un cifrado sólido. Esto puede resultar especialmente útil cuando nos conectemos a redes públicas y abiertas, pues nuestra seguridad queda muchas veces expuesta. En casa debemos asegurarnos de que disponemos de una contraseña fuerte y segura en nuestra red WiFi, de forma que dispongamos de una conexión bien protegida contra cualquier intruso que quiera acceder.