Cuando compramos un ordenador nuevo, o instalamos Windows 10 desde cero en nuestro disco duro, el ordenador funciona a la perfección: rápido, sin errores, sin problemas… Por desgracia, con el paso del tiempo, el PC ya no funciona tan bien como antes, y empezamos a notar algunos detalles que molestan. Y cuanto más tiempo pasa, peor empieza a funcionar el ordenador hasta que llega un momento en el que está claro: necesitamos formatear el PC.
El PC tarda mucho en arrancar
Seguro que a medida que ha pasado el tiempo hemos podido ver cómo cada vez Windows tarda más en arrancar. Esto se puede deber a muchos factores: muchos programas instalados, disco duro fragmentado o un error que hace que
Internet, y Windows, van muy lentos
Parecido a lo que ocurre con el arranque del PC, cuanto más pasa el tiempo el ordenador empieza a ir más lento. Lo notamos porque los programas tardan más en abrirse, y parecen ser más «pesados» que de costumbre. Cada vez hay más cosas cargadas en la RAM, y procesos que consumen U, y todo eso al final acaba pasando factura.
Esto también se suele notar mucho en Internet. Con el paso del tiempo, los procesos y servicios cargados en la RAM van consumiendo poco a poco ancho de banda, hasta el punto de que nuestro Internet empieza a ir más lento. E incluso puede que se mezclen los dos conceptos y que como el ordenador va lento, Internet también lo vaya.