Da igual que hayas optado por la gama alta o por la gama baja. Al cabo de unos años, tu portátil «nuevo» parecerá más bien una reliquia del pasado. Windows empezará a ir lento, y nos encontraremos con problemas de todo tipo. Esto es lo que comúnmente se conoce como «obsolescencia programada«, y es algo muy frecuente en todo tipo de dispositivos electrónicos (ordenadores, consolas, smartphones, router, televisores, etc). Y aunque normalmente no queda otra que volver a pasar por caja, en el caso de los ordenadores solemos tener una forma de darles una segunda vida: instalar Linux.
Linux ha evolucionado mucho en los últimos años. Atrás han quedado los años en los que solo era un sistema operativo para hackers, repleto de comandos difíciles de dominar. Hoy en día, usar Linux es igual de fácil que usar Windows o macOS. Incluso un Linux de 32 bits para poder seguir trabajando en el PC sin problemas.