305 Ramac: este era el aspecto y capacidad del primer disco duro de la historia

Las unidades de almacenamiento que tenemos instaladas en nuestros ordenadores y otros dispositivos hoy día, son elementos clave para el funcionamiento de los equipos. Nos podemos encontrar con múltiples formatos como los discos duros HDD o aquellos en estado sólido denominados como SSD, que además son mayoría en estos instantes en los equipos más modernos.
Pero al igual que sucede con todos los componentes que forman parte de nuestros dispositivos tanto móviles como de sobremesa, estos tienen una historia y unos inicios. Por supuesto todo ello alcanza a los discos duros que en estos instantes no tienen nada que ver con las primeras unidades que se empezaron a instalar en los ordenadores. Hay que tener en cuenta que en estos instantes tenemos al alcance de la mano unidades de almacenamiento externas más pequeñas con un mechero y donde podemos almacenar cientos de gigas de datos.
Por regla general utilizamos tanto las unidades internas como externas almacenamiento para instalar sistemas operativos, aplicaciones o guardar gigas de datos propios. Aunque estas unidades de disco son limitadas en cuanto a su espacio disponible, en la mayoría de las ocasiones disponemos de suficientes gigas para cubrir las necesidades de nuestro día a día con el equipo.
Sin embargo y como os podéis imaginar, esto no siempre fue así, más en los inicios de esta tecnología cuando los primeros discos duros empezaron a fabricarse y lanzarse al mercado. De hecho en estas mismas líneas os vamos a hablar del primer disco que se fabricó y que seguramente sorprenderá tanto por su diseño como por sus especificaciones y uso.
Cuándo se fabricó el primer disco duro
Y es que para echar un vistazo a la historia de estos importantes componentes hardware, nos tenemos que remontar a hace casi 70 años. En concreto nos tenemos que situar en el año 1956 que fue cuando el primer disco duro de la historia, denominado como 305 Ramac, vio la luz oficialmente. Esta es una unidad de almacenamiento que en principio se podría considerar como el padre de las actuales, aunque no tenían nada que ver ni en capacidad ni en aspecto.
Cabe mencionar que este primer disco que os comentamos nos llegó de la mano de un fabricante que seguro os resulta más que familiar a la mayoría, IBM. Evidentemente este lanzamiento supuso un avance muy importante en la tecnología, ya que se dejaron atrás las tarjetas perforadas como disco duro es el tiempo de a los datos que proporcionaba. Aunque mucho mayor que los dispositivos de almacenamiento actuales, lo cierto es que era bastante más rápido que las cintas magnéticas que se utilizaban por aquella época. Además su funcionamiento era muy sencillo, se basaba en un cabezal magnético que codificaba la información. Todo ello al magnetizar pequeñas secciones del disco empleando un código binario.
A partir de este primer disco duro, el hardware de almacenamiento fue evolucionando con el paso de los años y las décadas hasta llegar a los dispositivos que todos vosotros manejáis a día de hoy.