Como a la mayoría, de vez en cuando me gusta pedir un kebab, una hamburguesa, o cualquier otra cosa para cenar a través de Internet. Usar plataformas como Glovo, Just Eat o Uber Eats es muy cómodo, porque en media hora, aproximadamente, tienes ya tus productos en casa. Por lo general, no suele haber problemas con los pedidos, y cuando los hay, las plataformas suelen responder bastante bien. O, al menos, eso me parecía a mí, hasta que he visto cómo, este mismo fin de semana, han tratado a un buen amigo mío.
Una persona, cuyo nombre vamos a ocultar, hacía un pedido, no precisamente pequeño, para cenar en casa. El pedido, realizado al restaurante McDonalds a través de Uber Eats, superaba los 50 euros, ya que constaba de dos menús, un Happy Meal, postres y varios complementos. Una cena típica, vamos. Nada raro, una cena normal sin personalizaciones.
Este conocido fue cliente de Uber One durante un buen tiempo, aunque por motivos de trabajo, recientemente pausó la suscripción, ya que no pedía tan a menudo como antes. Al no ser cliente de Uber One, ha tenido que pagar un extra de gastos de gestión y envío, aparte del precio a mayores que cuesta cada artículo respecto a pedirlo directamente a la tienda. En total, de los 50 euros, casi 20 eran sobrecostes de Uber. Pero no pasaba nada.
Alguna vez había tenido problemas con los pedidos. Es lógico, ya que en la cadena todos somos humanos, y podemos equivocarnos. Pero siempre, de una forma u otra, había conseguido solucionarlo. Hasta esta vez.
Una cena de Uber Eats arruinada por un error evitable
Después de un corto periodo de espera (lo normal, en torno a 20 o 25 minutos), llegaba el pedido a casa. Al recibir el pedido, revisó los productos y todo parecía en orden, al principio. Pero, al empezar a cenar, empiezan los problemas.
¿Recordamos el Happy Meal del pedido? Era un menú infantil con una hamburguesa de pollo con Ketchup, lo más básico. Al fin y al cabo, es para una niña de 5 años. Sin embargo, al ir a comerla con toda la ilusión, se encuentra con que no es lo que había pedido, sino que han metido (quiero pensar, que por error) una hamburguesa llena, ni más ni menos, que de salsa barbacoa.
Tal como nos cuenta el conocido, «Si esto pasa a un adulto, pues mala suerte. Pero que pase en el menú de una niña pequeña, no es de recibo. Pero es mucho peor que ni el establecimiento, ni la propia Uber Eats, quieran hacerse responsables. Después de llamar al establecimiento, ellos mismos se lavan las manos diciendo «que no somos clientes de McDonalds por haberlo pedido a través de otra plataforma». Acto seguido, nos ponemos en o con Uber. Y la atención recibida ha sido decepcionante».
Otras veces, cuando mi amigo era cliente de Uber One, cuando ha tenido un problema, este se ha solucionado en segundos. Y casi siempre con la devolución de la parte proporcional del coste del pedido. Pero esta vez, la atención al cliente ha sido de vergüenza. Y es que la plataforma ha tardado casi 24 horas en mandar un mensaje automático en el que dice básicamente que lo sienten, pero que es lo que hay. ¿Y cómo se sabe que es automático? Porque tras responder dos veces, ha recibido el mismo mensaje dos veces más.



Dicho esto, al final tocó coger el coche e ir al McAuto a por otro menú para la niña, porque no se iba a quedar sin cenar. Estamos pagando un sobrecoste exagerado en estas plataformas, tanto por producto como por gastos de gestión y envío. ¿Para qué? Para que cuando hay un problema, nadie responda. Mi amigo ha puesto ya una queja en consumo contra Uber Eats, y asegura que, de una forma u otra, esto no quedará así.
Y si alguien se pregunta, ¿no puede haberse equivocado al hacer el pedido y pedirla con salsa barbacoa? Pues, la verdad, es que no es posible, ya que la Chicken Burger Kids solo permite Ketchup como salsa, y nada más.
Las plataformas de comida a domicilio cada vez cobran más por un servicio que, ante cualquier imprevisto, parece desatenderse. Por ello, si no van a responder como cabe esperar, muchos s, como este conocido, e incluso yo mismo, preferiremos volver al método tradicional: ir directamente al establecimiento.