Las soluciones de seguridad que nos protegen contra posibles ataques externos nos han venido acompañando durante muchos años, programas básicos y muy importantes en la mayoría de los equipos que se han encargado de proteger todos los datos que almacenamos y con los que tratamos en Windows.
De este modo han sido muchos los desarrolladores que con el paso del tiempo nos han ofrecido sus propuestas, empresas especializadas en la seguridad informática que se han encargado, y se encargan, de que podamos trabajar con nuestros equipos de un modo más confiado debido a la «barrera» que ponen a nuestra disposición a modo de protección.
Sin embargo, aunque muchas de estas firmas llevan una buena cantidad de años acompañándonos y ofreciéndonos sus servicios, ha sido ahora, recientemente, cuando les ha salido un claro y duro competidor, nos referimos a Windows Defender de Microsoft. Esta es una solución de seguridad derivada del débil Microsoft Security Essentials que la firma de Redmond empezó a ofrecer a sus millones de s de Windows hace un tiempo. Pero claro, como no podía ser de otro modo, este software ha ido evolucionando hasta llegar a ser lo que es en estos momentos.
La necesidad de un antivirus en Windows
Hablamos de una potente propuesta de seguridad que se implementa por defecto en Windows 10, lo que de entrada ya supone una enorme ventaja para Windows Defender con respecto al resto, ya que al instalar el sistema operativo, los cientos de millones de s que lo hacen ya se encuentran con que pueden echar mano de Windows Defender desde el primer momento. De ahí que en estos momentos este software se haya convertido en uno de los protagonistas del sector, ya que llegado el momento, muchos s se conforman con esta propuesta y no instalan soluciones de terceros, más si tenemos en cuenta las mejorías que este programa ha venido recibiendo en los últimos años, que son muchas.
Pero claro, eso no le sucede a todo el mundo, ya que hay muchos s que siguen confiando en otras propuestas externas a la hora de proteger sus equipos, por lo que en ese caso, lo primero que hay que hacer es desactivar Windows Defender en Windows 10, algo que os explicaremos a continuación.
Para ello lo primero que hacemos es acceder a la función de Configuración del propio sistema operativo, algo que logramos haciendo uso de la combinación de teclas “Win + I”. Una vez en esta, veremos varias opciones en la nueva ventana que aparece, por lo que en este caso nos decantamos por la llamada “Actualización y seguridad”.