Hay ocasiones en las que el sistema operativo no va todo lo bien que debería y no nos queda más remedio que reinstalar Windows. Durante este proceso es posible que el ordenador se bloquee y atasque, algo que puede resultar tremendamente molesto para cualquier . Es por ello que hoy vamos a ver diferentes soluciones que podemos adoptar ante este tipo de inconvenientes.
Al intentar volver a instalar Windows 10 o Windows 11 nos encontramos con un problema, y es que esta se atasca en el 1%, 20%, o 90% con la pantalla en negra y mostrando el logotipo de Windows. Pueden ser varios los tipos de errores o problemas que nos pueden aparecer en este caso, por lo que puede resultar un inconveniente difícil de solucionar para cualquier . Antes de comenzar, cabe mencionar que lo principal y más recomendable es disponer de una copia de seguridad de nuestros datos para poder hacer frente a estos imprevistos.
Precauciones antes de instalar Windows
Antes de realizar una instalación y Windows y con el fin de evitar problemas, es importante tener en cuenta ciertos aspectos. Como ya hemos visto, una instalación fallida tiene solución, pero puede convertirse en un quebradero de cabeza. El primer paso es estar seguros de que el equipo cumple con los requisitos mínimos para la versión de Windows que planeas instalar. Si el equipo va corto de requisitos la instalación podría fallar.
Previo a una reinstalación de Windows, también se recomienda hacer una copia de seguridad de todos los archivos importantes. Hay que recordar que una instalación limpia formatea la partición del sistema y elimina todos los datos. El siguiente paso es desconectar todos los periféricos que no sean necesarios, ya que pueden causar conflictos durante la instalación debido a controladores incompatibles o problemas de detección. Lo ideal es que la instalación comience con un teclado y un ratón como mucho.
También suele ser recomendable actualizar la BIOS o UEFI antes de instalar Windows, ya que puede provocar errores durante la instalación, sobre todo en Windows 11, que requiere configuraciones como Secure Boot y TPM 2.0. Si la instalación va a ser mediante un dispositivo USB externo, tendremos que chequear que esté en buen estado antes de aventurarnos con la instalación. Lo ideal, además de que esté en buen estado, es usar una unidad USB 3.0 de al menos 8 GB, formateada en FAT32 o NTFS según corresponda y chequear que no tenga sectores defectuosos copiando y abriendo archivos grandes antes de crear el medio booteable.
Aunque no es necesariamente imprescindible, es interesante asegurarnos de tener una conexión a Internet estable, que puede ser requerida durante la instalación para descargar actualizaciones o controladores. Estos son unos pequeños trucos para evitar que Windows falle en el peor momento durante la instalación.
Pasos para solucionar el bloqueo al instalar Windows
No cabe duda de que este es un problema que se puede convertir en un serio inconveniente a la hora de poner en marcha nuestro PC, ya sea nuevo o estemos reinstalando el sistema. Es por ello por lo que a continuación, os vamos a mostrar una serie de medidas que podemos realizar a fin de conseguir que Windows no se atasque durante su proceso de instalación o actualización. Son válidas tanto para Windows 10 como para Windows 11.
Dejar la instalación en ejecución durante un tiempo
A veces la solución más simple también es la mejor. Es por ello por lo que en el caso de que la instalación o actualización de Windows 10 o Windows 11 se ataque por alguna razón, como medida de precaución es recomendable esperar algunas horas mientras que la configuración se ejecuta. Igualmente, también podemos optar por dejar el PC encendido toda la noche, pues a veces todo se soluciona con el paso del tiempo.
Y es que en el caso de que el atasco se produzca durante la aparición de la pantalla «Preparando Windows», significa que la configuración está tratando de terminar algo o simplemente a que se carguen algunos archivos para que podamos usar nuestra cuenta. Es por ello que, lo mejor es esperar, ya que esto puede llevar mucho más tiempo del que podemos imaginar.
Apagar y reiniciar el PC
Otra posible solución llegado el caso es apagar el ordenador. Esto hará que limpie toda la información de la memoria, pero no dañará los archivos almacenados en el disco duro, pero nos puede ayudar a sacar Windows de su bucle de actualización. Por lo tanto, debemos de apagar el PC dejando pulsado el botón de encendido. Posteriormente desconectamos todos los periféricos, así como el cable de alimentación. En el caso de que usemos un portátil con batería extraíble, retiramos la batería de su compartimiento.
Una vez hecho esto, mantenemos pulsando el botón de encendido del ordenador durante unos 20 o 30 segundos, para de esta forma drenar toda la carga eléctrica que pueda quedar en los condensadores. Posteriormente volvemos a conectar el cable de alimentación al PC e insertamos la batería si la hemos quitado previamente. Por último, pulsamos el botó de encendido para iniciar el PC y comprobar si Windows ya no se encuentra bloqueado en bucle.
Instalar Windows desde un medio externo
En el caso de que hayamos recibido una actualización gratuita a Windows 10 o Windows 11 a través de Windows Update, cabe la posibilidad de que algo haya fallado mientras que el sistema está cargando las actualizaciones, lo que puede llevar a afectar a su instalación. En este caso Microsoft proporciona archivos ISO tanto de las versiones de Windows 10 como de Windows 11, con los que poder crear una unidad USB externa para su instalación.
Es posible descargar la herramienta para crea una imagen USB con
En la siguiente pantalla podemos elegir entre «Desinstalar la última actualización de calidad» o bien «Desinstalar la última actualización de características». Elegimos la primera de ellas, seleccionamos nuestro sistema operativo y dejamos que se ejecute.
Cargar un punto de restauración creado antes
Lo ideal en la mayoría de las ocasiones es que el sistema operativo de Microsoft funcione como es debido y sin problema alguno. Por tanto, en estas circunstancias lo mejor que podemos hacer es crear un punto de restauración cada cierto tiempo. Esto es algo que podemos hacer de manera sencilla y en pocos minutos con tan solo teclear Crear un punto de restauración. En la pequeña ventana que aparecerá a continuación ya podemos generar este elemento que os comentamos a través del botón llamado Crear. Con todo y con ello debemos tener presente que podemos automatizar este proceso para que Windows genere los mismos de manera automática.
Para aquellos que no lo sepáis, estos nos permiten, en el futuro, cargar estos elementos para devolver al sistema operativo a ese momento en el que funcionaba sin problema. Esto quiere decir que, si estamos intentando reinstalar el sistema por completo y el proceso se bloquea, estos puntos de restauración de los que os acabamos de hablar os podrán ser de mucha ayuda. Se puede dar el caso de que alguna aplicación que hayamos instalado recientemente haya entrado en conflicto con el sistema y la misma esté provocando este problema.
Por tanto, como os podéis imaginar, el punto de restauración que vamos a cargar en ese instante eliminará los últimos cambios realizados en Windows y así podremos llevar a cabo la reinstalación sin problema alguno. Además, estos elementos que os acabamos de describir nos pueden ser de mucha ayuda en múltiples circunstancias relacionadas con los fallos en el sistema de Microsoft.
Pero a pesar del atractivo que nos proporciona esta función integrada en el sistema operativo, debemos tener en cuenta que en ningún caso será recomendable abusar de los puntos de restauración que os comentamos. Básicamente con esto lo que os queremos decir es que no deberíamos acumular una gran cantidad de puntos de restauración de Windows porque cada uno de ellos ocupa una buena cantidad de espacio en disco.
Con que dispongamos de un par de ellos será más que suficiente para solventar los posibles problemas que puedan aparecer en Windows. De lo contrario veremos que vamos a perder una enorme cantidad de gigas en el disco duro principal, lo que casi nunca es lo más recomendable. Con todo y con ello siempre tenemos la posibilidad de establecer un límite de espacio ocupado por esta funcionalidad desde su propia configuración.
Posibles problemas de compatibilidad
Otro de los motivos por los que se puede bloquear la instalación es porque, al cargar los controladores, nos encontramos con algún problema de compatibilidad. Esto es muy común, por ejemplo, si tenemos conectados al ordenador muchos periféricos externos por USB. Lo mejor, para evitar tener problemas durante la instalación del SO, es desconectar todo lo que no sea necesario (webcam, micros, impresoras, luces LED, discos duros externos…) y dejar tan solo un teclado y un ratón. Cuando Windows termine de instalarse, y ya estemos conectados a Internet, podremos conectar de nuevo todos estos periféricos para que se bajen e instalen los nuevos drivers y todo funcione con normalidad.
De hecho esto es problemas con determinados componentes hardware que tengamos instalados en el equipo con Windows, pueden aparecer en cualquier momento. Esto quiere decir que sí empezamos a experimentar determinados bloqueos en el sistema operativo tras instalar un nuevo componente, ya sabemos la razón de este error.
Programas incompatibles
Este problema lo podemos encontrar, sobre todo, cuando vamos a realizar la instalación de Windows desde otro sistema operativo anterior. Puede haber programas, sobre todo que se ejecuten a bajo nivel (como los antivirus o software para optimizar el PC) que no sean compatibles con el nuevo sistema operativo.
En este caso, lo que tenemos que hacer es deshabilitar, o desinstalar, todo aquello que nos pueda estar dando conflicto. Y, una vez borrado, procederemos a volver a lanzar de nuevo la instalación del sistema operativo para ver si ya se lleva a cabo de forma convencional y sin problemas.
Este tipo de fallos que os comentamos y que provocan las molestas incompatibilidades se suelen dar en muchas ocasiones con el software de seguridad o con los clientes P2P con los que bajamos los archivos Torrent. Por tanto si tenemos este tipo de problemas desinstalarlos al menos temporalmente puedes solucionar el fallo.
Problemas de sobrecalentamiento de la U
Cuando estamos instalando un nuevo sistema operativo como es Windows en nuestro ordenador, el propio PC emplea los máximos recursos disponibles para agilizar el proceso en la medida de lo posible. Esto quiere decir que la U o procesador que tengamos instalado en el equipo se empleará a fondo para así poder disponer del sistema operativo lo antes posible. Sin embargo, se puede dar la posibilidad de que nuestro equipo no esté bien ventilado por alguna razón.
Esto puede desembocar en que el procesador se sobrecaliente y se bloquee la instalación del sistema operativo como tal durante el propio proceso. Esto significa que, tanto para este trabajo como para otros que se realicen posteriormente con el PC, deberíamos ventilar adecuadamente nuestro equipo. Eso evitará los sobrecalentamientos y malfuncionamientos del mismo como por ejemplo sucede ahora al instalar el sistema.
También cabe la posibilidad de que la pasta térmica del procesador se haya pasado y no esté haciendo su trabajo, por lo que el procesador se calienta más de lo normal y acaba apagando el equipo como medida de precaución. De hecho y si este es el problema ante el que nos encontramos, no estaría de más abrir el ordenador para echar un vistazo y eliminar posibles elementos que estén bloqueando las salidas de ventilación.
Otras medidas a considerar
Hay ocasiones donde este desagradable suceso se da durante la preparación de los archivos de instalación, por lo que puede venir acompañado de una indicación de progreso porcentual (10%, 20%, etc). Esto, en ocasiones, sucede porque el disco duro o el USB desde donde estamos realizando la instalación es muy lento. Es por ello por lo que debemos intentar su instalación desde otro medio más rápido, como puede ser una unidad USB 3.0.
En otras ocasiones es posible que la instalación necesite UEFI y no una BIOS estándar, por lo que, si la instalación se atasca con una pantalla azul limpia, no un BSOD, la mejor opción pasar por deshabilitar el CSM o Módulo de Soporte de Compatibilidad. Posteriormente no tendremos más que deshabilitar la UEFI a través del botón F2 durante el arranque para entrar en la BIOS, desactivar el arranque seguro y cambiar a UEFI.
Preguntas frecuentes
¿Tienes más dudas sobre la instalación de Windows y los problemas que pueden aparecer? Te ayudamos a resolverlas respondiendo a las dudas más comunes.
Por qué Windows se atasca durante la instalación
La razón por la que nuestro ordenador se atasca durante la instalación de Windows 10 o Windows 11 es difícil de saber con exactitud, pero en ocasiones puede deberse a que está esperando algo para poder pasar a la siguiente etapa de la instalación. A veces puede ser por la conexión a Internet, otras es un archivo que se ha perdido, o en otras ocasiones se toma demasiado tiempo debido a la lentitud del hardware. Otra de las posibles razones es derivada a problemas de incompatibilidad tanto del hardware como de sus controladores.
Eso sí, antes de echar mano de las soluciones que os vamos a mostrar a continuación, lo primero que debemos tener presente en estos casos es que deberíamos tener algo de paciencia. Con estos queremos decir que tanto el proceso de instalación como la actualización del sistema operativo de Microsoft, en ocasiones puedo llevar más tiempo del que podríamos pensar en un principio. Por tanto, se puede dar el caso de que todo vaya bien pero el tiempo empleado en la instalación del sistema operativo esté siendo superior al que nosotros pensábamos a priori. En este caso no es recomendable cortar el proceso a medias, de ahí la paciencia de la que os hablamos.
Entre los problemas de instalación que nos podemos encontrar estos son algunos de los más comunes:
- Windows se atasca mostrando el logotipo, con la pantalla en negro, buscando actualizaciones, mostrando puntos giratorios, con la pantalla azul o la pantalla morada.
- La instalación de Windows falló.
- Error de instalación de Windows.
- Bucle de reinicio durante la instalación.
- La configuración de Windows se atascó asegurando que está listo para instalar.
- El equipo se apaga o reinicia continuamente.
Sea cual sea el motivo por el que se bloquea el proceso de instalación, vamos a ver posibles soluciones que podemos llevar a cabo para ponerle remedio.
¿Es seguro reiniciar el PC mientras se instala Windows?
Por lo general, no es recomendable reiniciar el ordenador a mano mientras se instala el sistema operativo. Para ello, el propio Windows tiene programados varios reinicios durante la instalación para aplicar los cambios que necesita.
No obstante, si se ha bloqueado la instalación, podemos tirar directamente de «botonazo» para forzar el reinicio del PC. Como seguramente la instalación haya quedado corrupta, simplemente tendremos que empezarla de nuevo y esperar a ver si se solucionan los problemas.
¿Qué hacer si la pantalla se queda en negro durante la instalación de Windows?
Es posible que, en vez de bloquearse el PC como tal, lo que ocurra es que de repente la pantalla se quede en negro. Esto, por lo general, se suele deber a un problema con la tarjeta gráfica, o con la conexión al monitor.
Para solucionarlo, lo que hay que hacer es comprobar que tenemos todo bien conectado (la gráfica al PC, el monitor, etc), y también asegurarnos de que los controladores funcionan. En el peor de los casos, habría que desconectar la gráfica y usar otra para instalar el sistema, cambiándola una vez esté ya instalado.